La Fiesta llega a su invierno

No seré yo quien le ponga pegas ni calificativos a la diversión popular, pero hay algunas reflexiones que podrían hacerse sobre la denominada ‘Fiesta de la Primavera’. Algunos aún recuerden aquel programa denominado Disfruta puesto en marcha por la que fuera entonces concejal de Juventud Inmaculada Solar. Ellos, seguro que recuerdan los conciertos en la fría nave Fiat cada fin de semana y las actividades que se programaban en su planta baja. Música, deportes y juegos como alternativa al ocio de botellón y algún que otro coma etílico. Algunos quizás también recuerden que esta programación era continua, con parones navideños y carnavaleros y que como colofón, tenía una gran fiesta, la de la Primavera. El crecimiento del botellón como fenómeno de masas provocó que las primeras fiestas comenzaran a desvirtuarse y poco a poco, a la vez que desaparecía la programación el resto del año, el fiestón se separaba de la ciudad, como el botellón. Primero del auditorio de la Alameda, al ferial Alfonso Sánchez, y de ahí a Ifeja. Mucho me temo que este será el último año de esta fiesta que parece que ha llegado a su invierno.El principal problema de la festiva cita juvenil es que, como todo, cuando se saca de contexto, pierde perspectiva e identidad. No se puede concentrar en un sólo día todas las actividades encaminadas a promover y promocionar un ocio alternativo entre los jóvenes, sobre todo, cuando, haciendo honor a eso de que la mancha de mora con otra se quita, se rebajan los precios de la cervecita y se ofertan ‘bonus track’ con la intención de que los jóvenes abandonen el botellón. Como decía Eusebio Poncela en Martín (Hache) a Juan Diego Botto: “Si alguna vez te quieres chutar caballo, hazlo conmigo”. Estoy seguro de que tal vez no sea el caso, pero, tal vez sería más recomendable aumentar los seis mil euros que destina el Ayuntamiento a las asociaciones juveniles, realizar más actividades y programación alternativa al botellón y al ocio relacionado exclusivamente con el consumo de alcohol durante todo el año y realizar una gran fiesta de la primavera como colofón. Así era al principio. Sobre la fiesta que se ha programado para el próximo día 2, nada que objetar, ni siquiera su coste. Pero qué gran fiesta si tuviera un buen programa, ¿verdad, Mio Cid?

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