Por fin algo pasa en la calle


Sobraban los políticos de Izquierda Unida y sus “acólitos”, que son responsables, porque también gobiernan y tienen áreas de gestión en muchos ayuntamientos, de la situación actual. Quizá sobraban también las consignas de ‘Qué hay de lo mío’, porque no sabemos si estarían ahí si hubiesen cobrado (a menos que se lo preguntemos), pero en cualquier caso, tenían más derecho que los señores de IU. ¿Que de qué estoy hablando? De una bendita manifestación que algunos indignados de esta ciudad quisieron secundar y que debería sonrojar a todos los políticos y sindicalistas de este país.
Sin que sirva de precedente (no te enfades José) me quedo con la cada vez más estudiada espontaneidad de un grupo de jóvenes que a través del invento de un cretino que quería ver fotos de tías buenas (facebook) y de twiter (que ya lo inventó Ramón Gómez de la Serna con sus gregerías) manifestaron su descontento con la actual situación política y administrativa en la que vivimos, con la falacia de la democracia que ha conseguido con los años el mismo control y servilismo que pretendían los fascismos. Ayer vi el futuro con forma, aún, de esperanza. Al menos yo espero que así sea. Ayer vi quinientas personas hartas de que las traten de imbéciles, hartas de que todo aquello que les indigna y que lamentan amargamente mientras toman una cerveza nunca tenga consecuencias; hartas de que los gerentes de los FMI, los Strauss-Kahn de la vida, estén acusados de agresión sexual; hartos de que las causas, las consignas, los ideales, las creencias, la fe, nos atraquen a mano armada mientras miramos hacia otro lado. Aquí los únicos incapaces que hay son todos los fundamentalistas de la política que buscan cobijo en unas siglas. Ayer recorrieron las calles de Jaén quinientas personas que no quieren usar como moneda de cambio por un techo y un trozo de pan su dignidad. Y otras que no quieren gastar la que les queda.