Catorce veces menos

Tranvía-Metro de Málaga.
Lo más probable es que el tranvía de Jaén no entre en funcionamiento hasta unos meses antes de las próximas elecciones autonómicas, en 2022, o en su defecto, con las municipales, siempre y cuando no haya comenzado la campaña electoral. Pero hasta para cumplir esos plazos es esencial que se firme el convenio definitivo entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén. Lo que estamos viviendo estos días no es nuevo. En nueve años de ineficacia programada y de aquiescencia social hemos visto de todo por parte de todos los gobiernos y los partidos. Lo que pretende hacer la Junta de Andalucía es simplemente evitar que el tranvía de Jaén se convierta en otro agujero deficitario como el de Sevilla o Málaga. Sin embargo, lo que regatean a los jiennenses son migajas, en un ejercicio de cinismo político ejercido ahora por el gobierno de coalición del PP-Ciudadanos, que llega a su máximo exponente intentando ligar la puesta en marcha del tranvía con la estación intermodal en Vaciacostales (el actual PGOU no lo recoge), empezando por el traslado de la de autobuses. Vayamos por partes. 


Primero: La factura que paga la Junta anualmente para sufragar sólo el coste de explotación del tranvía en Málaga supera los 65 millones de euros, según las cuentas de hace dos ejercicios (cada viajero le cuesta a los andaluces 12,1 euros). Las previsiones oficiales son que este año se alcancen los 74,9 millones y los 77,4 millones el año que viene. Los usuarios solo pagan unos 4,5 millones con sus billetes. En Jaén, en el peor de los escenarios, la administración autonómica debería abonar anualmente 4,6 millones de euros correspondientes a su 75 por ciento del déficit (11’54 euros por billete). Ese importe es catorce veces menor que lo que se gasta en Málaga. La pregunta es simple, ¿vale un jiennense catorce veces menos que un malagueño? 

Segundo: La Junta se cuida de hablar de construir una intermodal y simplemente se refiere al traslado de la estación de autobuses, que es competencia suya. Sin embargo, conoce los plazos que esa obra tendría en cuanto a ordenamiento y que debería ir ligada también a la estación de tren, algo que lanzaría el proyecto a una década, amén de someter el funcionamiento de un servicio a otros dos para recibir más viajeros y determinar el futuro del ordenamiento de la ciudad, que le corresponde al Consistorio. También podríamos reclamar e incluir en el convenio la implantación de un Ikea en Vaciacostales que provocaría no solo flujos de viajeros para el tranvía, si no para el autobús y el tren. Deberíamos comenzar a hablar ya con los suecos. 

Tercero: Tras la reunión de ayer con colectivos que apuestan por la estación intermodal en Renfe hay que preguntarle al Ayuntamiento cómo y dónde van a construir una estación de autobuses allí. ¿En altura? Y si se soterrarán las vías. Además es necesario saber si el actual plan de ajuste permite al Ayuntamiento afrontar su parte de inversión anual para el tranvía. Cuarto: Cuando hablamos de sacar la intermodal fuera, ¿tiene que ser en Vaciacostales? Tal vez la zona oeste de la ciudad (La Imora) permitiría además usar el trazado actual del tren para poner en marcha una segunda línea y conectar a cerca de 40.000 habitantes de ese sector de la ciudad.

Érase una vez... Jaén

Érase una vez una bella ciudad más católica que sentimental con un glorioso cuerpo policial, cuyo destacamento local de tan noble institución nacional y española se jactaba de tener a raya a malhechores, cacos, rateros, cuatreros, manguis y ladronzuelos de tres al cuarto con tal celo que encabezaba cada año las estadísticas, no solo del país, sino de la gran Europa común. Érase una vez una ciudad a la que ni los malos querían venir, tal era la fama de los buenos. Rara vez, como la clara excepción de la regla, como la aguja en el pajar de la santa paradoja, como un milerurista en el motorizado reparto a domicilio, como la jornada semanal de cuatro días, alguno de esos cacos conseguía salirse con la suya y delinquir impunemente ante la mirada atónita de tan memorable cuerpo, que atónito y asombrado investigaba con ahínco y destreza el delito. A pesar de que su pericia los llevó a anunciar la inminente detención del desalmado o culpable autor del incendio de un inmueble que conmovió a la ciudad, pasaron los meses sin que el despiadado pagase por su fechoría. 

Érase que esa misma ciudad saboreaba cada uno de los chismes que a lo largo de sus empinadas calles propagaban los muchos charlatanes que escuchaban atentamente los pocos y adormecidos vecinos que no participaban de la estupidez colectiva y de la malintencionada y tóxica baba de algunos miserables e iluminados. Érase que en esta hermosa villa de basura y socavón hubo quienes comenzaron a señalar a posibles autores del crimen, que acabó con el sacro templo municipal del servicio público periodístico capitalino. Fue entonces cuando algunos aduladores y necios señalaron a este otro templo del denodano ejercicio informativo de la ciudad como autores del siniestro y beneficiarios y artífices de un nuevo edificio en construcción, paupérrimo aspirante a palacete televisivo. Nada más lejos de la realidad, porque los favorecidos, los agraciados, acababan de desembarcar en esta noble y conservadora aldea de adoquines y muros pintados para vivir en paz, sumando y procurando tanto bien para la villa como éxitos para su osado y aguerrido general. Tantos necios confunden valor y precio, que dijo Machado. 

Érase también una ciudad que tenía, como todas las provincias andaluzas, una administración periférica delegada con unos valerosos titulares que un día sí y otro también faenaban con energía y arrojo para resolver los problemas de todos los ciudadanos de esta tierra de batallas y que con la misma destreza que el intrépido cuerpo policial, tropezaban de vez en cuanto con menesteres, nada, nimiedades como las comidas de 2.000 niños en los colegios u operaciones sanitarias, que finalmente, resolvían los servicios centrales, mientras nuestros representantes acumulaban simpáticas instantáneas en la prensa diaria. Érase también que otros cuerpos de la seguridad ciudadana y del tráfico de esta ciudad con un tranvía guardado realizaban campañas para comprobar el estado de los vehículos a motor que circulaban por sus calles y multaban a aquellos que no reunían las mismas normas que incumplen cada una de las calles de esta leal población. ¡Ay, si pusieran el mismo celo en algunos autobuses que yo me sé!

Publicado en VIVA JAÉN el 28 de enero de 2020

Somos `Porvenir'

Si alguna vez tuviera que elegir un nuevo nombre para esta ciudad y esta provincia no dudaría un segundo: Porvenir. Más allá de ser el mejor epíteto para Jaén, etimológicamente describe nuestro estado natural, algo 'por venir'; no somos más que un sueño futuro, el lugar donde, como decía Woody Allen, vamos a pasar el resto de nuestra vida. Ni siquiera eso, el sitio donde quisiéramos estar en el futuro, pero que no será como soñamos. Somos, sin duda, Porvenir. En ese conglomerado onírico que nos acerca a otras ciudades, a otros mundos posibles, no faltan los debates sobre cuestiones que a priori pueden parecer pueriles, pero que marcarán nuestro futuro como comunidad. Volvemos a estar inmersos en el debate sobre dónde ubicar la estación de autobuses y la de tren, en el caso de que ambas vayan unidas en una intermodal, si dentro de la ciudad o a las afueras. 

Defender un proyecto de vías soterradas hasta la actual estación de tren con la actividad ferroviaria que tiene esta ciudad es como querer matar moscas a cañonazos. ¿Vamos a hacer semejante obra de ingeniería para cuatro trenes que llegan a la ciudad o es preferible alejarla, conectarla bien con el tranvía y otros transportes públicos y procurar acabar con el fondo de saco al que nos relegaron en el siglo XIX y optar así a nuevas conexiones ferroviarias? No se trata de llevarla a Espeluy. Además, de este modo evitamos que los autobuses interurbanos entren y circulen por la ciudad con lo que ello supone para la contaminación medioambiental y acústica. ¿Y el comercio tradicional? Si a estas alturas aún creen que el futuro del comercio tradicional depende de que un autobús que viene de Córdoba o de Torrepero gil pare en el centro de Jaén, es que hemos perdido el sentido común. No cabe duda de que la expansión de la movilidad debe ir acompañada de servicios eficientes que acerquen los puntos geográficos que separamos con estas actuaciones reduciendo el tiempo de los desplazamientos. El tranvía es esencial para ello, pero también otros sistemas que ya se utilizan en otras ciudades y en los que debemos empezar a trabajar. No se trata de utopías, sino de porvenir. 

La creciente peatonalización del centro de la ciudad y de parte de su conjunto histórico no solo debe ir acompañada de mayor número de aparcamientos disuasorios en su perímetro, sino de medidas que impidan a los ciudadanos desplazarse en automóvil, fomentando el viaje a pie y en transporte público. Por supuesto, habrá muchos ciudadanos que sigan usando el automóvil, por lo que habrá que trabajar en medidas que ayuden a su circulación. Muchos atascos se ocasionan por conductores que buscan estacionamiento. En Londres, para resolver este problema, instalaron unos 3.000 sensores en algunas vías estratégicas que indican a los conductores, vía app, dónde hay espacios para aparcar. Este sistema ayuda a agilizar el estacionamiento o a que el conductor abandone el circuito en busca de un aparcamiento público. El auge de los patines eléctricos es otra oportunidad para avanzar hacia otro modelo de movilidad más sostenible y amable. Todo está por hacer aún con este transporte. Pero como quiera que es limpio y asequible económicamente, habilitemos espacios para su uso. En cualquier caso, mañana, todo estará por venir, con un futuro en el que en muchos aspectos dependemos solo de nosotros, porque somos 'Porvenir', no lo olviden.

Publicado en VIVA JAÉN el 14 de enero de 2020

¡Leño, Leño...!

Hay ocasiones en que la emoción deja aparcada a la razón, al heterodoxo pragmatismo y aquello de “yo solo hago rock and roll y no voy más lejos” se convierte en dogma, sin más. Algo parecido pasó el pasado sábado en la sala La Mecánica en el primer concierto de Navidad que los veteranos Ambolias dieron para un aforo lleno, pero incompleto. Faltaba ‘Pepe la Canalla’, alias Carlos Rueda, y su inseparable compañera Ana Quirós. Cuando Emilio Ramos, acompañado por Fran Pérez (Cruce de Caminos) y la banda, terminaron de tocar la versión de ‘Simulacro de invierno’ de Kike Ganso, dedicada al señor Rueda, la mayoría de los presentes corearon el grito de guerra de una figura ya irrepetible de la escena musical jienense sin haber pisado nunca un escenario (gracias a los dioses): ¡Leño, Leño! Dudo que nadie pueda tener mejor homenaje ni que alguien lo merezca tanto como el señor Carlos Rueda, exfumador, desde hace cuatro días.

Nadie podrá decir que fue el mejor concierto de Ambolias (en el recuerdo queda el de hace casi un año en Los Villares), pero como digo, la música (y el rock mucho más) es emoción; e intensidad, que decía Pepe Rodríguez (exDorian Grey y La Clase Media). Y eso fue lo que le dio al concierto, intensidad, tras un inicio con mucho problemas de sonido (con ‘Last Christmas’ o ‘Nature voy’ de Nick Cave). Cuando sonaron los primeros acordes de ‘Heroes’ de Bowie, sus majestades Ambolias abrieron los ojos y vieron a todos su público entregado (aún sin motivo). El acompasado y ochentero baile de Emilio y Pepe Rodríguez en ‘Dancing in the dark’ de Springsteen dio paso a un tema ambólico con Kike Gutiérrez (Gran Oso Blanco y Habitar La Mar) en estado de gracia, arrollador, que terminó por entonar a Emilio Ramos (voz), Alberto Pérez (guitarra y voz), Manuel Cano (bajo) y Paco Reig (batería) y a dos grandes voces a los coros: Vicky Jones (Audrey), Alma Mesa (Costa del Soul). La mariana guadaña de Herminia Martínez con otros afiladores tocando a los neoyorquinos Shivaree hizo que el concierto creciera hasta ese sentido e histórico ‘Simulacro de invierto’. Y ahí llegó la Navidad. El concierto se convirtió en un festivo paseo para la banda, el público y el resto de invitados, con un inconmensurable Fermín Superunknow (Arapahoes y New Funk Proyect). Tras el regalo de Colective Soul, el mix de Pink FloydQueen abrió el tarro de las esencias para que ‘Dont you’ de Simple Minds preparara al público para la apoteosis final, con toda la banda sobre el escenario (Nick Snow y Juanlu i-Logic incluidos) y con el himno del canadiense Neil Young, ‘Rockin’ in the free world’ como broche de oro a un concierto lleno de emociones, ausencias, presencias, rock y actitud. Música para que todos sigamos bailando en el mundo libre y escuchando entre canción y canción: ¡Leño, Leño! Si lo lo entienden, deberían ir a más conciertos

Publicado en VIVA JAÉN el 30 de diciembre de 2019

Sociedad Anónima Deportiva

Se me ocurre ahora, en el letargo de la gravedad política que nubla el jolgorio navideño, que tal vez todos deberíamos convertirnos en sociedades anónimas deportivas. Los ayuntamientos, sociedades anónimas deportivas, los empresarios oleícolas, los comerciantes, los constructores, los arquitectos, los abogados, los médicos, el tercer sector entero, incluso nosotros, los medios de comunicación; todos. Una gran provincia llena de clubes de fútbol con una liga online para los más perezosos y otra aguerrida y heroica en los campos que el Plan E dejó por todo nuestro territorio. De este modo, tal vez conseguiríamos que Hacienda nos otorgara la gracia de una quita de deuda para quienes la tuvieren, y la tranquilidad, para los que no, de que en un futuro su pésima gestión los libraría de una buena parte de la deuda con la seguridad social. 

Soy consciente de lo irreverente de mi deseo y de que es más difícil que pasar un día entero sin escuchar 'cordón sanitario', pero como digo, el regocijo festivo me empuja a tales quimeras. Se me ocurre también, que ahora que la despoblación ha tomado un rango de asunto nacional de vital importancia, los políticos, en un alarde de magnanimidad popular considerasen intervenir en pequeños detalles, nada minucias como la Educación o la Sanidad, en lugar de encargar elocuentes estudios y discursos vacíos que cacarear de atril en atril cual canto de sirena. El empleo y los servicios fijan a la población en el medio rural. Y las nuevas tecnologías. Según el INE el año pasado, la provincia de Jaén tenía solo un 78'4 por ciento de hogares conectados a internet, mientras que la media en España es del 92 por ciento. Ya no vamos a hablar de fibra óptica, donde no llegamos al 10 por ciento en el medio rural en todo el país. ¿Cómo quieren que un joven emprenda en un pueblo si no tiene fibra óptica, el colegio ha pasado de estar de 15 a 35 kilómetros por una carretera sinuosa y el centro de salud más cercano está a otros diez? ¿De qué malditas milongas de políticas contra la despoblación nos hablan? Se les ocurre, por tanto, negar la mayor. Jaén no está afectada por la despoblación como otros territorios. Me recuerda a la leyenda urbana sobre los legionarios. ¿Qué hacer cuando se cae prisionero? Un legionario nunca cae prisionero. Problema zanjado, a otra cosa. Jaén debe comenzar a atajar la brecha digital. Porque estamos a tiempo, para que no nos suceda como con el ferrocarril, con las carreteras y autovías, con la inversión pública, en fin. Si queremos dibujar un destino distinto para esta provincia debemos invertir en futuro, a la vez que convergemos con el resto de provincias en infraestructuras y servicios. Es la única solución y para ello es necesaria inversión. Perdón, me olvidaba, también nos queda la posibilidad de convertirnos en una Sociedad Anónima Deportiva.

Publicado en VIVA JAÉN el 11 de diciembre de 2019 

Al compás de los alquimistas

LUGAR: TEATRO DARYMELIA. FECHA: 30 DE NOVIEMBRE. HORA: 20’30. ARTISTAS: JORGE PARDO, CARLES BENAVENT Y TINO DI GERALDO (EL TRÍO) EN LA PRESENTACIÓN EN EXCUSIVA EN ANDALALUCÍA DEL NUEVO DISCO, ‘FLAMENCO LEAKS’. ORGANIZA: AYTO. DE JAÉN 

Concierto en el teatro Darymelia. Foto: Fermando Mármol
Este año se ha cumplido el 40º aniversario de la grabación del décimo álbum de Camarón de la Isla, 'La leyenda del tiempo', un trabajo que revolucionó el flamenco y, con lo años, buena parte del jazz en España. El sábado, tres herederos de aquella 'leyenda' y tres grandes del jazz internacional, Jorge Pardo, que participó en su grabación, Carles Benavent (que grabó más tarde 'Soy gitano', entre otras) y Tino di Geraldo, vinieron a Jaén a cumplir otra efeméride, la de la presentación de su nuevo disco 'Flamenco Leaks', en exclusiva en Andalucía, veinte años después de aquel trabajo de culto, 'El concierto de Sevilla', que presentaron en Jaén en su añorado Festival Internacional de Jazz. El logotipo de la histórica sala de jazz Chubby Cheek de Ángel Millán, artífice del concierto y de la exposición conmemorativa, comisionada por Sitoh Ortega, auguraba que aquella iba a ser una actuación distinta. Jorge Pardo enfatizó más adelante que estaban de regreso a casa.

Los tres músicos, que durante años han compartido escenarios con Paco de Lucía, han vuelto a reunir un trío de culto y a rendir homenaje a sus maestros; dice mucho cuando quienes son ahora maestros homenajean a quienes abrieron el camino. Pardo a la flauta y el saxo; Di Geraldo a la batería y la percusión y Benavent al bajo eléctrico, son tres alquimistas del jazz. Llevan décadas experimentando con sus instrumentos para dar con el elixir de la vida sin darse cuenta de que es su compás, su maestría, su genio y su actitud la verdadera ambrosía. La melodía acompasada de 'Anda jaleo' de García Lorca, que volvería al final, antes de que la platea aplacara su deseo de romperse la camisa con 'Soy gitano' en los bises, sirvió para completar un concierto circular e iniciático, que circundó la perfección. Ignasi Nogueras, en el control del sonido, con el equipo de Sonikit, hizo que todo pareciera sencillo.

Carles Benavent dejó constancia de que es el mejor bajista eléctrico dentro del jazz-fusión. Sus acordes pueden eclipsar el mejor guitarrista del mundo. El de Poble Sec de Barcelona, que hizo toda una declaración de intenciones con un solo titulado 'Madrid', convierte el trío en un auténtico cuarteto. No en vano, el propio Paco de Lucía cuando lo presentaba en directo decía: a la guitarra china Carles Benavent.

Tino di Geraldo no solo hizo que todo el teatro respirara al compás de la bulería, sino que mostró un trozo de esa alquimia, de esa búsqueda de las piezas que componen el universo, acariciando, entre esencia andalusí, la tabla hindú hasta sublimar los ritmos ancestrales. Y al cante estuvo Jorge Pardo, con su inseparable flauta Yamaha, con su hondura y con un mágico dominio de los metales. Jorge Pardo no toca bulerías con su travesera, las canta. “Yo soy de un pequeño pueblo cerca de aquí, a las fueras de Jaén: Madrid”. Con esa frase se presentó quien en 2013 recibiera el Premio a Mejor músico Europeo de Jazz, por parte de la prestigiosa Academia Francesa de Jazz y dos años más tarde el Premio Nacional de las Músicas Actuales del Ministerio de Educación y Cultura. Tan sencillo y tan cercano; tan grande y tan perfecto.

Durante una hora y media Jaén le arrebató la capitalidad musical y cultural a Úbeda y difrutó con el mejor trío de flamenco-jazz (con las debidas disculpas a Chano Domínguez) que pueda verse hoy en día sobre un escenario. Muy flamencos debemos ser si el próximo año no recuperamos el Festival Internacional de Jazz y abrimos de nuevo nuestra casa a tanto hijo pródigo que añora volver a su hogar, bajo el neón de Jazz Jaén y el recuerdo imborrable y agradecido al Chubby Cheek.

Publicado en VIVA JAÉN el 2 de diciembre de 2019