Los 400 golpes

Antoine Doinel, protagonista de 'Los 400 golpes'.
Jaén es como Antoine Doinel, el niño protagonista de 'Los 400 golpes', la ópera prima de François Truffaut, que ahora cumple 60 años y que abrió una de las tendencias culturales más interesantes del siglo XX, la 'Nouvelle Vague', unas veces brillante y transgresora y demasiadas esnob, ridícula e incluso grotesca, como nuestra movida de los 80. Doinel (personaje biográfico basado en Truffaut), como Jaén, creció solo, con una familia que no le quiere. Hijo de una madre soltera muy severa y con un padrastro displicente el joven Antoine lucha por sobrevivir en un entorno hostil.

Nuestra ciudad y provincia también sobreviven en un entorno hostil: el que le propician los mismos jiennenses con su apatía, conformismo y conservadurismo decimonónico y el de las administraciones, ensimismadas y esforzadas en mover cada día su maquinaria propagandística. En ese entorno descuidado y negligente para Jaén se suceden los castigos y la indiferencia. Sin embargo, al contrario que ocurre con el personaje de 'Los 400 golpes' (ya quisiéramos tan insignificante cifra para nosotros), Jaén acepta estoica y en un silencio ruin cuantos castigos y golpes se le imparten, en lugar de escaparse como el joven Antoine y rebelarse contra la tiranía familiar. El último correctivo ha venido a la par de la administración Central, en perenne y caduco modo avión, y de la autonómica, que a su ruina hay que sumarle la inexperiencia y en algunos casos ineptitud de sus inquilinos. El Museo Ibero, que ahora quieren vestirnos de Nacional, cuando hace décadas lo dejaron en pelotas hurtándole su noble indumentaria 'Internacional' y de 'Arte' sigue su triste trayectoria de agravios desde que en 1997 comenzara su carrera. El próximo 11 de diciembre se cumplirán dos años desde que el rey Felipe VI (para visitas reales si contamos cada cierto tiempo) inaugurara el edificio y la exposición permanente más larga de la historia "La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa". Dos años que se suman a los veinte anteriores; dos años que hay que unir a otros cuatro como mínimo que nos quedan para poder contemplar la mayor exposición de arte íbero del mundo. La inclusión en la Red Nacional de Museos por imperativo legal para poder albergar los fondos del Museo Provincial que son titularidad del Estado no es porque alguien en las altas esferas haya dicho: “Oye este museo es interesantísimo, tiene que ser Nacional para que lo dotemos de un gran presupuesto y se convierta en un gran foco cultural en el territorio donde habitaron los iberos, una de las culturas más importantes del Mediterráneo en la antigüedad”. Ni mucho menos, la única motivación es legal, administrativa, preceptiva por las distintas titularidades de las piezas. De hecho el Gobierno central nunca ha hablado de financiación exclusiva, sino compartida con la Junta de Andalucía, que aprovechando la coyuntura ha parado la licitación del proyecto museográfico, que debería haberse realizado mientras se construía el edificio.

Hay veces que el sarcasmo y la ironía no sirven para denunciar las injusticias que esta tierra aguanta de forma indigna y cobarde. Hay veces que como Antoine hay que rebelarse y huir, para que quienes nos fustigan sepan que no siempre seremos cautivos y que algún día morderemos la mano que nos arroja de forma miserable y dolosa las migajas del manjar que entre todos le servimos en sus mesas.

Predicadores obsolescentes

Retorna cada cierto tiempo la figura de la obsolescencia programada de la tecnología y genera un debate repetitivo que no lleva a ninguna parte más que a alimentar las tertulias radiofónicas y televisivas y crispar, más si cabe, a los francotiradores profesionales de la opinión. Pero hay otra obsolescencia, la del predicador metido a político a tiempo completo cuyo fin está programado social y genéticamente, lo primero por lo ridículo y primario de sus argumentos, y lo segundo porque el fabricante no quiso dotarlos con más luces que las cortas. Estos predicadores obsolescentes, que cambian de chaqueta con la naturalidad que requieren estos tiempos, están ahora de campaña (corta también como sus luces) y como buenos charlatanes, se prodigan en los mentideros de la política para regocijo de familiares, amigos y correligionarios. Aprovechen el momento.



Viene esto a cuento para recordar dos cuestiones importantes ahora que se acercan las Elecciones Generales de nuevo. La primera es advertir, por si quienes nos gobiernan no lo tienen claro, que el mero hecho de escuchar a los interlocutores sociales y económicos de la ciudad no es gestionar y mucho menos cumplir con los ciudadanos. Si el fin último de quienes nos gobiernan es escucharnos, déjenlo que para eso ya tenemos el Teléfono de la Esperanza y dentro de poco a los Reyes Magos ofreciéndonos sus acogedoras rodillas para sentarnos en ellas y hablar de todo aquello que ansiamos. Por cierto, que no estaría mal que todos los niños de esta ciudad pidieran este año a los Reyes que Ayuntamiento y Junta pongan en marcha el tranvía, para que así, cuando sean mayores, vivan en una ciudad moderna y no tengan que dejar a sus padres para  irse a otras capitales con transportes dignos, parques cuidados, centros peatonales, y pocos jiennenses muditos y felices. También hay que recordar que tampoco se gobierna para repetir una y otra vez que cortando el tráfico en las calles no se peatonaliza. Ya, ya. ¿Seguimos pues? Y por favor, que no sea abrir al tráfico calles que eran completamente peatonales. Tampoco estaría de más que quienes pasaron años pidiendo programas y dinero a la administración local para fomentar el comercio tradicional ahora que viene la Navidad y que abre un nuevo centro comercial prediquen con el ejemplo. Seguro que ya están preparando una gran campaña que beneficiará a los comerciantes de la capital, no me cabe la menor duda, para eso cobran. 

La segunda cuestión importante de cara a las Elecciones Generales es pensar en la abstención de forma más sociológica que dogmática. Los mensajes voluntariosos están bien, pero hay que profundizar en lo que está sucediendo. En España votan, aproximadamente, dos de cada tres personas, y hasta siete de cada diez si excluimos el voto desde el extranjero. En general la participación en nuestro país está en la media europea. Pero existen agujeros negros, barrios olvidados donde los vecinos se sienten lejanos al sistema electoral. En la Cañada Real de Madrid vota un 11 por ciento de los censados y en las 3.000 viviendas de Sevilla un 14 por ciento. En la capital, mientras que en el centro vota el 84% (Sección 4-1), en la zona sur es del 44% (Sección 6-4). ¿Algo estará pasando no? O más bien, no estará pasando. En cualquier caso, #YoSiempreVoto.

Los guiñoles

La tradición del humor, la ironía, el sarcasmo y la socarronería como crítica social ha tenido siempre en España claros ejemplos de maestría. La dictadura de Franco hizo que ese humor tan español tornara en sublime sutileza para esquivar la censura, tan torpe como ignorante y burócrata. Películas como 'El Verdugo' o 'Bienvenido Mister Marshall', ambas dirigidas por Luis García Berlanga con guiones de Rafael Azcona, Juan Antonio Bardem y Miguel Mihura son ejemplos claros de esa denuncia dramática magistralmente envuelta en una liviana burla. Fue precisamente Miura quien fundó en 1941 una de las revistas cómicas más importantes y con más trayectoria de nuestro país, 'La codorniz'. Sin embargo, a pesar de su genialidad y sutileza, fue el imaginario colectivo el que creó algunos de los mejores chistes, que realmente nunca existieron, aunque siguen circulando como otras muchas leyendas urbanas. "Reina un fresco general procedente de Galicia que tiende a dominar a toda la Península". Este parte meteorológico referido a Franco, que nunca llegó a publicarse, según explicó el que fuera el director de la revista durante 33 años, Álvaro de Laiglesia, es un ejemplo de cómo el humor trasciende a la gravedad y se convierte en el relato más objetivo de lo que acontece.



Hoy con la política está pasando lo mismo. Hace dos años, cuando arrancaba lo que se ha denominado como 'el procés' (término ambiguo y kafkiano) la revista satírica francesa 'Charlie Hebdo' se mofaba en su portada de las intenciones del independentismo catalán, encabezado entonces por el prófugo Carles Puigdemont, y comparaba a los catalanes con los corsos.  En su editorial se preguntaba:  “¿De qué destino trágico quieren liberarse los catalanes hoy? La independencia de Cataluña no tiene como objetivo liberar a esta región de una tiranía que ya no existe, ni de permitir que la economía prospere, puesto que ya lo hace y, menos aún, para obtener el derecho de hablar una lengua autorizada desde hace mucho tiempo”.


¿Recuerdan “Las noticias del guiñol”? Para los más jóvenes, que superan en número a los mayores que nos leen, créanme (otro día daré cifras para tapar bocas), se trataba de un informativo de humor político protagonizado por guiñoles. Se emitió desde 1995 en Canal+, y más tarde también en Cuatro hasta que desapareció en 2008. Los guiñoles enfatizaban los defectos, muletillas y extremos programáticos de nuestros políticos provocando un equilibrio entre el esperpento como espectáculo y el ejercicio de la responsabilidad de la gestión pública. Hoy ese equilibrio ha desaparecido y los políticos superan con creces a los guiñoles. Ya no hay contrapunto. Por eso el humor es fundamental como parte de la comunicación, porque cuando hay déficit democrático denuncia la realidad social con la crudeza que requiere la falta de libertad y cuando hay democracia ridiculiza los extremos.
La derecha facha española está hiperventilando y cuando pide orden lo que quiere decir es mano dura y recortes de libertades. Y el nacionalismo catalán, como otros tantos nacionalismos supremacistas económicamente hablando, disfrazados de izquierda  trasnochada y radical, lo que quiere realmente en este momento es anarquía, la ausencia de las reglas sociales establecidas para cambiarlas por otras sin condiciones objetivas que lo refrenden, simplemente por una falsa idea de libertad, con un grupo de guerrilleros antisistema que actúan como punta de lanza. Mientras tanto, quienes hieren con adoquines a los policías ejerciendo su labor con la mesura que el mando político les reclama y queman las calles de Barcelona no se dan cuenta de que comparten consignas con los maltratadores y terroristas machistas: O eres mía o te mato. Muy democrático. Y todo movido por los hilos de algunos de los mayores y más esperpénticos guiñoles que ha dado la democracia en lo que llevamos de siglo, Carles Puigdemont y Quim Torra, protagonista de un video que bien podría haber firmado Berlanga.

¿Acaso no ven tanta belleza?

Hierran quienes piensan que las ideologías han muerto. Por ejemplo, los vaivenes de los partidos, ahora hacia la derecha, ahora a la izquierda no buscan más que sublimar ese pensamiento único, ese dogma neoliberal entendido como un sistema de organización social. La ideología es como la energía, se transforma. La premisa de ‘El Gatopardo’ de mediados del siglo pasado de que "si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie" sigue en plena vigencia. El problema es que nos encontramos en un cambio de ciclo, una revolución tecnológica que aún no hemos asumido ni comprendido. Pensamos en analógico y el presente y el futuro es digital e irá asociado a nuevas formas de organización social, porque las ideologías no son más que una mera regla para convivir.

Dentro de pocos años a nuestros hijos les sorprenderá ver cómo gestionamos el fenómeno de las migraciones. Se echarán las manos a la cabeza al saber que cuando un barco rescata a un grupo de personas en mitad del mar debe esperar la autorización para ver en qué país y costa pueden dejarlos y que esa circunstancia se demora semanas generando un acalorado debate público y político. Ahora nos echamos las manos a la cabeza por quemar a los herejes en el fuego. ¡Hay tantas hogueras aún!



Dentro de unos años, décadas, esta ciudad seguirá en los últimos puestos en los indicadores socioeconómicos, tendremos varios miles de habitantes menos, una población muy envejecida, unos servicios que distarán mucho de los de otras capitales cercanas. El sector oleícola se habrá ido profesionalizando mucho más, la tasa de paro seguirá rondando el veinte por ciento y la economía sumergida sacará a flote a la mayoría de las familias jiennenses. El verano llegará más tarde y soportaremos temperaturas superiores a los 40 grados y tal vez funcione el tranvía y el Museo Ibero albergue su colección permanente y estemos dando los primeros pasos aún para convertirnos en una Smart city. Pero lo que seguirá intacto será la belleza de la Catedral despertando al final de La Carrera en las frías mañanas de invierno, el olor húmedo sobre sus piedras, sobre el lecho adoquinado de la calle Campanas; el silencio adormecido de la noche en las calles de la Merced, la niebla arropando el Palacio de Villardompardo y Santo Domingo y el murmullo quedo del paso del tiempo sobre este casco antiguo tan decadente como singular. ¿Acaso no perciben ustedes tanta belleza?

No sé si nuestra Catedral será Patrimonio Mundial alguna vez, pero sí sé que cada uno de nosotros, ya sea concejal, diputado, alcalde, abogado, actor, ‘comuniti’, director de comunicación, de márquetin digital, influyente influido, empresario listo, tonto; dueño de un perro, panadero, músico jubilado, o corredor de fondo, difícilmente pueda ser feliz lejos de esta ciudad que nos devora y seduce hasta que no somos más que pasado, memoria, letanía.

Pepe Pecas pica papas...

Ando preocupado últimamente por los altos niveles de estupidez e ingenuidad en mi sangre y ni siquiera en Google encuentro como tratarlos adecuadamente. El médico sigue empeñado en acabar con la rebelión dulce y grasa en mis venas y a mí, que no es que no me preocupe el boicot edulcorante al que me someten mis cada vez más insubordinados órganos, me inquieta mucho más la idiotez y este alelamiento que progresa adecuadamente. El paso de los años me lleva al redil que circundo desde hace media vida y ahora pienso si no será el mío otro chiquero más extenso del que no alcanzo a ver el vallado. Me da que sí.



También tengo alta la ira, pero la controlo con unos ejercicios vocales tres veces al día: Pepe Pecas pica papas con un pico, con un pico pica papas Pepe Pecas. Si Pepe Pecas pica papas con un pico, ¿dónde está el pico con que Pepe Pecas pica papas? A veces en un alarde de ingenio y arrogancia me atrevo con: Si Sansón no sazona su salsa con sal, le sale sosa; le sale sosa su salsa a Sansón si la sazona sin sal. Pero las menos, la verdad.
 El caso es que vivo en una ciudad que tiene cinco tranvías guardados en una cochera y un trazado de 4'7 kilómetros que atraviesa buena parte de la ciudad y que va camino de la década sin funcionar. Mi ciudad se llama Jaén y tiene cada vez menos vecinos, pero a los que viven aquí les gusta mucho ir a misa los domingos, a los bares y de compras fuera de Jaén. Ah, y a La Económica. Bueno, algunos también hacen deporte y corren por la calle, y por las vías del tranvía, que llega hasta un polígono industrial, perdón, hasta un polígono de mayoristas. No se lo van a creer, se llama Los Olivares. Pues en esta ciudad donde los conductores de autobuses racanean sacar una rampa para favorecer el acceso de personas con problemas de movilidad y encima hacen huelgas, nadie mueve un dedo para que el tranvía, que costó 120 millones de euros, ponga fin al medievo sobre ruedas. En esta ciudad somos más de hacer exposiciones y reivindicar señas de identidad tan insondables como una cerveza, El Alcázar. Creo, en definitiva, que esta bella villa está tan acostumbrada a tener cuatro kilómetros de aparcamiento en línea para coger a los niños del colegio, comprar pan, tabaco y tomarse una caña, que le molesta que se airee el despropósito de un tranvía en dique seco. Y es contagioso y me preocupa y no encuentro nada en internet que me aporte remedio. Tal vez, ahora que hay un proyecto para localizar los refugios antiaéreos de la ciudad podrían volver a instalar las sirenas de la guerra que anunciaban bombardeos y avisarnos cada vez que nos vayan a joder, para agacharnos. Ven, ya estamos: Pepe Pecas pica papas con un pico, con un pico pica papas Pepe Pecas. Si Pepe Pecas pica papas con un pico, ¿dónde está el pico con que Pepe Pecas pica papas?

¡Ay, mísero de mí!

El origen de autobús como medio público de transporte se remonta a Nantes (que hoy cuenta con un bonito tranvía que circula por sus ilustradas calles). En 1826, Stanislav Braudy, propietario de unos baños públicos tuvo la idea de facilitar el acceso de los clientes a sus instalaciones, ya que quedaban muy lejos del centro de la ciudad. Así, con su correspondiente y legal autorización municipal, desarrolló un servicio de transporte que conectaba el centro de Nantes con sus baños. Aquellos primeros autobuses estaban tirados por caballos.

No se trata de dar elocuentes ideas a empresarios del sector en Jaén, en cuanto a lo de los caballos se refiere, no vayamos, so pretexto de dotar de un atractivo turístico más a la capital, a que jamelgos tiren del carro a partir de ahora. Eso sí, todo se andará si se pierde la guerra...  En cualquier caso, antes de dar pasos de gran calado como el rescate de la concesión del servicio de autobuses urbanos en la capital deberíamos reflexionar. Tengamos en cuenta que la empresa lleva con nosotros desde 1961, la friolera de 58 años. ¿Acaso no forma parte ya del costumbrismo jienense como pasó con Furnieles, el bar Sanatorio, La Perdiz o la recuperada cerveza El Alcázar? ¿Qué será de este Jaén desprendido, sin más raigambre emocional que su Catedral y su otro Castillo? ¿Qué será del sanfelipeño medio (porque todos los autobuses llevan a San Felipe, no sé si se han fijado) cuando se vea obligado a circular en un autobús donde no corra peligro de partirse la crisma en cualquier momento? ¿Qué criticarán los usuarios cuando tengan un servicio eficiente? ¿Qué harán los conductores cuando todas las puertas funcionen? ¿A quién gritaremos cuando el conductor cierre la puerta antes de tiempo a pique de matar a una octogenaria? Y cuando no sea necesario preguntarles hacia dónde va el autobús porque el itinerario esté indicado no solo en la parada, sino en el propio vehículo y digitalizado para que la Generación X no se sienta desarraigada, ¿con qué se entretendrán, angelitos míos, esos conductores cuya vocación no ha sido otra siempre que la del servicio público?

Cuidado señores munícipes que cuando le quitemos al jienense una de sus válvulas de escape la cólera puede volverse contra ustedes, avezados defensores del bien común. No sé si Jaén (y el PP) podría resistir tan onerosa afrenta. Incluso voy más allá. ¿Nadie ha pensado en el padre? ¿Y nadie en el hijo, en esa criatura a la que van a cercenar no solo su futuro, sino el de futuras generaciones de lustrosos, diligentes, resueltos y dinámicos empresarios? ¿Acaso no tienen ustedes corazón? ¿Acaso se les ha pasado por la cabeza un Jaén mejor? Incautos.

Mediten, serénense, recójanse en la oración y de manera sosegada e impávida tomen la decisión que estimen oportuno. Y si finalmente deciden rescatar el servicio, ¡ay, mísero de mí!, cuenten con un sanfelipeño medio cansado de tanta tiranía

Teta y sopa

World Pádel Tour 2019 en la plaza de Santa María de Jaén.
Se empeñó ‘La Parca’ en romper nuestros corazones y nos recordó lo sutil y notable de lo cotidiano, del abrazo y del amor, y del recuerdo más tarde; nos dejó tristes ausencias y eternas presencias. Se empeñó septiembre en que despertáramos de forma abrupta y volviéramos al equilibrismo de los dimes y diretes. La realidad intrascendente, que es de lo que les hablaré a continuación, cayó como una losa. Bienvenidos a la ceremonia de la decadencia.

     
Uno de los principales recursos que utilizan los gurús de las redes sociales es la progresiva radicalización de los usuarios a través de mensajes cada vez más cortos, simples y extremos. Nada nuevo en materia de comunicación, pero no por ello deja de ser peligroso acabar con los tonos grises para adentrarse en el rancio mundo del blanco y negro. La polémica por la continuidad de la World Pádel Tour es el ejemplo claro en el ámbito de las relaciones entre las entidades públicas y privadas de esa radicalización o simplificación del mensaje de un asunto que, ¡cuidado!, mueve millones de euros.

En primer lugar cuesta entender, por mero sentido común, que tras el cambio de gobierno en un Ayuntamiento la empresa privada no solicite una reunión con el nuevo alcalde para hablar sobre su futuro, máxime, cuando el partido que ha ganado las elecciones ha divulgado hasta en chino mandarín que no quería la plaza de Santa María como escenario de la prueba internacional. Sin embargo, como quiera que el contrato parece ser que no existe más que en intención, ya que el nuevo Gobierno no lo encuentra, la empresa organizadora se despacha por las redes sociales despidiéndose de Jaén, tras unas declaraciones de los antiguos inquilinos del Gobierno que daban por sentado que no se celebraría la competición porque el telón de fondo no era la Catedral de Jaén. Muy profesional, sin duda. Después, tras el revuelo con opiniones a favor y en contra, pero con poca trascendencia social en la ciudad, la verdad, como la propia prueba, la empresa pone paños calientes y dice que nada está decidido aún.

Llegados a este punto vamos a introducir una gama de grises a este ridículo blanco y negro. En primer lugar, siéntense a hablar. En segundo, hay que reconocer que el impacto visual y la apropiación de la plaza durante dos semanas (montaje y desmontaje) son excesivos. Ya no hablamos de que encima pagamos porque se celebre la prueba. Y en tercer lugar, la asistencia de público es más que mejorable, algo que debería importarle a los organizadores y en lo que se esforzarían, si no recibiesen la cuantiosa suma que los ayuntamientos ofrecen.

Por tanto, la solución tal vez estaría en contar con otra ubicación atractiva (hablo de otra más de la que ya existe en la primera fase) y que solo los partidos definitivos se celebrasen en la plaza de Santa María, con un montaje menos agresivo. En este punto los organizadores dirán que es en esos partidos donde más entradas se venden, discurso que se podría tener en cuenta siempre y cuando no nos estuvieran cobrando por utilizar nuestro espacio público. Es ahí donde debe entrar en juego el sentido común y el rico refranero español en aquello de  que teta y sopa no cabe en la boca.

El cerro de Santa Catalina de Jaén


CRÓNICA DE LAS PRIMERAS JORNADAS JAHENCIANAS

“PATRIMONIO HISTÓRICO Y NATURAL DEL CERRO DE SANTA CATALINA: POSIBLES USOS Y CONEXIONES CON AL CIUDAD

Celebradas el 20 y 21 de junio de 2019

Texto: Raúl Beltrán. Fotos: Ramón Guirado/M. A. Corbella

“Todavía estamos a tiempo de salvar la muralla”. Hasta en tres ocasiones lanzó este mensaje el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Carlos Castillo, en la conferencia inaugural impartida junto a su colega y también miembro del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, José Luis Serrano, dentro las Primeras Jornadas Jahencianas sobre el Cerro de Santa Catalina.


Antiguo Hospital San Juan de Dios.
El programa Jaén Genuino de VIVA JAÉN daba un salto cualitativo en la defensa y revitalización del conjunto histórico de Jaén programando las primeras jornadas, que bajo el título “Patrimonio Histórico y Natural del Cerro de Santa Catalina: posibles usos y conexiones con la ciudad”, pretenden integrar patrimonial, medioambiental y turísticamente una de las señas de identidad de la capital, el cerro de Santa Catalina.

A lo largo de dos días los más de 70 inscritos descubrieron aspectos singulares sobre el cerro. Desde los distintos asentamientos, el estado de las murallas, la distintas fortalezas y los restos que quedan, así como la sucesión de periodos constructivos, el camino islámico de acceso a la fortaleza y su próxima recuperación, su relación con las guerras púnicas, su historia geológica única y la integración de ese patrimonio desconocido e ignorado, el agua como hilo conductor, la educación ambiental y los usos turísticos y medioambientales. Nunca antes se había recopilado en un único foro tantos aspectos sobre la importancia del cerro de Santa Catalina.

Primera jornada

Tomás Roldán, gerente VIVA.
La recuperación del camino medieval hacia el Castillo, que llevará a cabo una escuela taller, según el proyecto municipal, podría ser el inicio de la recuperación del cerro de Santa Catalina y de toda su riqueza patrimonial, monumental, natural, geológica y turística. Con ese hilo de esperanza ya asido, el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Carlos Castillo, y su colega y también miembro del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, José Luis Serrano, abrieron las I Jornadas Jahencianas. Serrano inició su intervención mostrando como Lleida, una ciudad similar a Jaén, había integrado y puesto en valor su cerro y su castillo, para a continuación hacer un recorrido por los primeros poblamientos de Jaén en el yacimiento de Marroquíes Bajos hace 4.600 años. Por lo que respecta al cerro de Santa Catalina sería en el primer milenio antes de nuestra era (a.n.e.) cuando se puebla el cerro. Aquella ciudad es coetánea a la de Puente Tablas y curiosamente, según explicó José Luis Serrano, se dan dos circunstancias: mientras que de la del cerro se conoce todo sobre la vida en su entorno, pero nada del oppidum, de la de Puente Tablas se conoce casi todo de cómo vivían en el oppidum, pero nada del entorno. José Luis Serrano explicó también la riqueza agrícola de la margen izquierda del Guadalbullón, frente a la baja fertilidad de la otra orilla, algo en lo que más adelante ahondaron los geólogos. Esta circunstancia hizo que la dispersión de habitantes por la depresión de la Magdalena fuera alta, hasta que las guerras dieron lugar a las primeras murallas y a la concentración de sus habitantes. Serrano concluyó que a lo largo del siglo III a.n.e. ya se contaba con un amplio territorio con canalizaciones y silos.

José Luis Serrano Peña y Juan Carlos Castillo Armenteros.


En ese punto el catedrático Juan Carlos Castillo continuó la conferencia inaugural “Evolución histórica de los asentamientos del Cerro de Santa Catalina. Propuestas desde la investigación Histórico-Arqueológica”, de forma muy reivindicativa. Recordó que 1992 y 2002 son los primeros contactos con la estructura defensiva del cerro. “Si no ponemos remedio en pocos años no tendremos muralla en el cerro de Santa Catalina”, arguyó.

Castillo mostró la vista de Jaén de Anton van den Wyngaerde del año 1567 en la que se aprecian las murallas medievales y recordó que bajo ellas, en muchos casos, están las ibero-romanas. En el año 902, con Add-al Rahman II, Jaén ya cuenta con una medina y será durante los siglos XI al XIII, cuando los reinos de taifas se disputen la ciudad, y ante la creciente inestabilidad, que continuará en los siguientes siglos (llegada de Alfonso VII) cuando aparece la muralla, muy similar a la imagen de Wyngaerde. Mientras tanto, en el cerro se suceden las fortalezas y construcciones, el Alcázar viejo de Abrehui, el palacio del siglo XII cuyos arcos y yeserías se conservan en el Museo de Jaén y las últimas actuaciones de los franceses hasta que el Parador arrasa con buena parte de ello. Sin embargo, aún se puede conservar y recuperar mucho, sobre todo de las murallas. La puesta en valor del camino medieval podría dar pie a ello.

Guerra y paz

La imagen que la sociedad tiene aún de la arqueología no solo está trasnochada, sino que forma parte ya del imaginario literario y cinematográfico popular. La primera mesa redonda de las Jornadas Jahencianas sobre el cerro de Santa Catalina, centradas en el patrimonio arqueológico y su investigación, comenzó con el profesor del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología de Ibérica de la Universidad de Jaén, Juan Pedro Bellón, quien desgranó los estudios que le ocupan desde 2003 sobre la II Guerra Púnica y la batalla de Baécula. En este sentido, Bellón, que recordó que hoy en día la arqueología ha llegado a describir un minuto de la historia, trasladó que la imagen del cerro de Santa Catalina es hoy en día un paisaje de paz y de ocio, en referencia a los pinos plantados en la posguerra, algo impensable para quienes construyeron fortalezas para defenderse de los ataques de sus enemigos. “La sangre corría por la Magdalena”, afirmó Bellón para ilustrar que el cerro estaba marcado por la guerra y para recordar que la invasión romana fue dramática para los pueblos conquistados. El investigador destacó la importancia de la provincia de Jaén en la II Guerra Púnica, con batallas como la de Baécula o la de Cástulo y adelantó la intención de estudiar el oppidum del cerro de Santa Catalina en ese contexto. “No queremos quedarnos en la arqueología del minuto, sino saber qué pasó después”, concluyó para dar paso a su colega y profesor también del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología de Ibérica de la Universidad de Jaén, Miguel Ángel Lechuga, que reveló las nuevas técnicas utilizadas para dar con yacimientos escaneando la superficie del terreno.

Juan Pedro Bellón, Irene Montilla, María Victoria Gutiérrez,
Juan Carlos Castillo y Miguel Ángel Lechuga.


El método utilizado para localizar el oppidum del cerro de Santa Catalina es el LIDAR, acrónimo de Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging, que es un dispositivo que permite determinar la distancia desde un emisor láser a un objeto o superficie utilizando un haz láser pulsado. Esta técnica ha localizado en la cara noroeste del cerro lo que podría ser el poblado ibero, en el lugar que se imaginaba que estaba, por la orografía, muy similar a la de Puente Tablas antes de que se excavara. En este sentido, Miguel Ángel Lechuga indicó que la parte más elevada del terreno corresponde a la muralla del siglo IV antes de nuestra era.

A continuación, la profesora del Área de Historia Medieval de la Universidad de Jaén, María Victoria Gutiérrez Calderón centró su alocución en el estado en el que se encuentran los restos de las alcazabas bajo el título “Propuestas de investigación histórica en las Alcazabas medievales del Cerro de Santa Catalina”.  La arqueóloga abogó por realizar una primera aproximación a los elementos en la ladera para ponerlos en valor, recuperando el camino islámico. Además, urgió a que se actúe en los restos del alcázar de Abrehui y concluyó con una reflexión: “Es más importante recuperar el cerro que el funicular”. Por último, la profesora también del Área de Historia Medieval de la UJA, Irene Montilla Torres, centró su intervención en la arqueología de la arquitectura y en cómo actuar en las murallas que han visto como se sucedían las distintas culturas. “El objetivo no solo tiene que ser la muralla, sino la sociedad que está detrás”, finalizó Montilla.

Singularidad geológica

Hace unos doscientos millones de años, a finales del Triásico y principios del Jurásico, Jaén estaba en el fondo del mar. El avance de la placa africana a lo largo de millones de años hizo que se convirtiera en zona de costa y que en sus aguas confluyeran lo que más tarde fueron el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.  El acercamiento de la placa geológica africana y la placa ibérica, o lo es lo mismo, del continente africano y el europeo, dieron origen a la formación del cerro de Santa Catalina y su entorno, a excepción de Jabalcuz, que es anterior (Jurásico) y que emerge por el plegamiento alpino. En este periodo se forman los Alpes y otras cordilleras de la cuenca mediterránea, como el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas y todas las prebéticas y béticas. “Estamos al frente de una cordillera, la alpina, que empezó a formarse hace 14 millones de años y que continúa en formación” señaló el profesor del Departamento de Geología, Luis Miguel Nieto, que junto con su colega y también profesor de Geología, Mario Sánchez Gómez, mostraron una de las facetas más desconocidas por la sociedad del cerro de Santa Catalina, la geológica, sorprendiendo a buena parte de los inscritos en las Jornadas Jahencianas celebradas en el Hospital San Juan de Dios.

Sebastián Rueda Godino, Luis Miguel Nieto, Rafael Cámara,
Mario Sánchez Gómez y Pablo Moral Linares.


Luis Miguel Nieto comenzó su intervención mostrando que la unidad geológica de Jaén, en la que se integra el cerro es singular y se estudia a nivel internacional y señalando el tipo de roca y terreno que determinará el futuro de los asentamientos en esta zona. Al hilo de esa piedra caliza, su colega, Mario Sánchez Gómez, dibujó todo un discurso del agua y fue tan didáctico como reivindicativo, informando de que Jaén es un sitio único geológicamente hablando y que toda esta historia hay que ponerla en valor porque tiene una enorme riqueza patrimonial. “Esa historia hay que contarla”, arguyó.

Sánchez Gómez explicó que el cerro es un karst, es decir, que está compuesto por un relieve kárstico, que se produce por la meteorización química de determinadas rocas, como la caliza, compuestas por minerales solubles en agua. Estas zonas son muy ricas en agua y acuíferos, algo que ha podido constatarse a lo largo de los siglos en la ciudad. “La Magdalena y su raudal es el desagüe natural de toda este agua”, afirmó el profesor Sánchez Gómez.

A los dos geólogos los precedió en la segunda jornada el arquitecto de Mensulae: arquitectura y Patrimonio, Sebastián Rueda, que habló sobre diferentes propuestas de consolidación y conservación de la muralla norte del cerro de Santa Catalina. Tras analizar la evolución de los ámbitos legales de la protección de este tipo de patrimonio, apremió a que se intervenga en la muralla norte recuperando las coronaciones, que es por donde se filtra el agua provocando su destrucción.
Por último, el arquitecto técnico y educador ambiental, responsable de la empresa El Acebuche, con amplia experiencia en Educación, Formación y Turismo Ambiental, Pablo Moral Linares, explicó la importancia de la educación y desgranó algunas de las iniciativas que han llevado a cabo en el cerro como Parque Periurbano y las replantaciones de especies autóctonas que se han realizado.

El turismo y el planeamiento

La última mesa redonda de las I Jornadas Jahencianas sobre el cerro de Santa Catalina se centró en las propuestas para su gestión turística, cultural y medioambiental. La arqueóloga del Ayuntamiento de Jaén María del Carmen Pérez Martínez comenzó su intervención aludiendo al hecho de que el cerro y su fortaleza son visibles desde cualquier punto de la ciudad y de su entorno. En este sentido, se refirió a ellos como un patrimonio intangible con un valor simbólico excepcional, que además cuenta con una oferta hotelera de las mejores de Europa, ya que ha sido elegida entre los diez mejores castillo, del continente para alojarse.

En cuanto a su gestión y puesta en valor como conjunto turístico María del Carmen Pérez defendió que cualquier toma de decisión debe responder a una estrategia en la que trabajen unidos los titulares de los bienes, se tenga en cuenta el corpus legislativo y se reformen los recursos. La arqueóloga apostó por una colaboración estrecha entre las administraciones y por formar un equipo multidisciplinar.

Mª del Carmen Pérez, Ana Fernández, Raúl Beltrán (director de VIVA JAÉN)
 y José Luis Sánchez Morales.


Tras su alocución tomó la palabra la directora del Área de Promoción y Turismo de la Diputación Provincial de Jaén, Ana Fernández, quien destacó la enorme potencialidad del cerro de Santa Catalina. “El turista del siglo XXI busca experiencias” explicó la también doctora por la Universidad de Jaén con una tesis sobre Turismo y Patrimonio Cultural. Fernández apostó por la creación de redes turísticas y por crear alianzas. En este sentido, destacó la Ruta de los Castillos y Batallas, que genera 183.000 visitas a las fortalezas, de las que 39.000 son al Castillo de Santa Catalina.

La última mesa redonda la cerró el jefe de servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Junta de Andalucía en Jaén, José Luis Sánchez Morales, que tras analizar la evolución de las protecciones medioambientales en la legislación española y andaluza, centró su intervención en el Parque Periurbano. Sánchez Morales recordó que su gestión es desde el año 2003 de los ayuntamientos. En cuanto al valor de las especies vegetales informó que es medio-bajo y aludió a la repoblación forestal de pinos de los años 50-60. Sánchez Morales fue muy crítico con el estado en el que se encuentra, en cuanto a basura y alertó de la erosión del terreno por las bicicletas que no siguen las rutas, desdibujadas, por otro lado, por falta de mantenimiento.

Manuel Rodríguez.
Para finalizar las primeras Jornadas Jahencianas, el jefe del Área de Planeamiento y Gestión de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Jaén, Manuel Rodríguez, centró su conferencia en la legislación urbanística y sectorial. En este sentido, aludió a que la anulación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de 2016 por el Tribunal Supremo, aunque aún no es firme, retrotrae a la ordenación a 1996. De este modo se da una paradoja, ya que al basarse el PGOU en la legislación de la Junta en materia medioambiental, que no estaba adaptada a la de la Unión Europea, la justicia lo suspende y deja en vigor un plan de 1996 que no tenía tramitación ambiental. Es más, Manuel Rodríguez recordó que el PGOU del 96 es un refrito de modificaciones puntuales del Plan Torroja de 1986.



María Guadaña levanta a los muertos

"Si hubiera dicho sí habría sido infeliz, pero a tu lado. […] He preferido seguir, estar sola, vivir, a estar muerta, a tu lado”. Esas dos frases resumen a la perfección el universo de María Guadaña en lo conceptual. Y aunque la actitud  y el descaro recuerdan a PJ Harvey, en lo musical, lo latino sobrevuela un rock de ida y vuelta que en directo se vuelve hipnótico y perturbador. Por si no ha quedado claro, el estreno de María Guadaña en Jaén fue escalofriante. Un diez en actitud, un diez para la banda, otro para el alter ego de Herminia Martínez, y otro para la secuencia musical que mantuvo al público en éxtasis durante algo más de una hora, cerrando como una apisonadora con 'Cuanta belleza'. Y otro diez para el sonido de toda la noche.


María Guadaña en los Baños Árabes de Jaén. Foto: Ramón Guirado
Tras la entrega de los Premios de la Música de la Provincia de Jaén, SantaRosa fue la banda encargada de abrir el concierto de esta cuarta edición. Desde los primeros compases no cabía duda de que estábamos ante un proyecto con mucho trabajo detrás y con unos arreglos muy cuidados. La noche rondaría lo fronterizo en todo momento. Los de Emilio Ramos fueron desgranando uno a uno su primer disco 'Sin Perdón', grabado en Halo Estudios bajo la batuta de Francis Armenteros. Los temas de Rafa Hidalgo han ido creciendo en directo en este año y la banda suena compacta, con oficio; sin embargo, se echa en falta un toque gamberro, más 'chingón'. Desentonó, no porque no sea buena, sino porque se separa del estilo de SantaRosa, 'La voz', un tema de Hidalgo que rompe el ritmo. Canciones como 'La rosa negra', los sones tribales de 'Mezcal'; o 'Sin Perdón', todo un himno ya con la maravillosa trompeta de Juande Ramírez, hicieron que las 400 personas que se dieron cita en el espacio escénico de los Baños Árabes, comprendieran que aquella noche prometía. Volvió a destacar la colaboración de David Cárdenas de “Lola nos quiere”, que bordó la 'Esquina Dorsal' junto a Emilio Ramos. La primera aparición de María Guadaña cantando con SantaRosa el tema 'Santa Muerte' fue más que reveladora como aperitivo de lo que había de suceder después. SantaRosa se despidió entre aplausos y gritos de ‘otra’, dejando claro que son una gran banda.


Y llegó el momento más esperado por muchos de la noche. Envuelve a María Guadaña un halo literario que recuerda a Lovecraft y al realismo mágico. Sin embargo, sus letras y sus historias poco tienen de mágicas y sí de realistas. La Enlutada es la mujer de este siglo XXI, que harta de acompañar en la mesa quiere comerse el corazón de los comensales. María Guadaña nace a la par del estallido de las mujeres en España y en buena parte del mundo reclamando igualdad real. Es la voz poderosa de una mujer que quiere gritar su alma y tomarse las venganzas sociales y personales que se agolpaban en su pecho. María Guadaña es el presente, nuestra realidad social y la banda sonora de la próxima década. Y de este modo, digna y retadora, apareció en escena Doña Osamenta. “Soy la Muerte”, dijo, y el aforo se convirtió en un aquelarre. Tienen los mejicanos más de 100 maneras para llamar a la muerte, las mismas veces que podríamos alabar la actuación de María Guadaña. Mención especial merece la banda, los afilidores, como los llama ella. Gabri Casanova con su teclado dirigió con maestría, mientras Javi Geras le daba con su bajo la gravedad necesaria al rito de la batería de Rober García. Lo de Nacho Pérez a la guitarra fue simplemente de libro. Como los buenos actores no sobreactuó ni se deshizo en muecas ante el respetable. De libro, ya digo. Y Herminia. La Comadre. La responsable de vestirnos con su maravilloso luto musical, su dulce voz de ultratumba y sus lapidarias letras. Chapó señora Liberadora.