En busca de las logias perdidas



Entre el año 1870 y 1903 se constituyen en la provincia de Jaén 24 logias masónicas, cuatro de ellas en la capital, uno de los números más elevados de todo el país. No obstante, el profesor jienense de Filosofía en la Universidad de Granada, Juan Carlos Gay Armenteros apunta en su trabajo “Composición social de la masonería en Jaén” que “este fervor masónico es demasiado aparatoso para ser real”, ya que sólo unas pocas tendrán fuerza y continuidad”, entre ellas, la primera logia femenina de España.
En cualquier caso, antes de que estallara la Guerra Civil española, en la capital existían 5 logias con una media de 20 masones cada una. En la actualidad sólo hay cinco masones en Jaén, que pretenden refundar una logia en la capital.José Manuel, de 33 años de edad, que prefiere mantener sus apellidos en secreto, es uno de ellos, aunque pertenece a una logia granadina, donde el número de masones alcanza casi el centenar. “Nuestra intención es refundar una logia en la capital, sin embargo son necesarios siete hermanos como mínimo para constituirla”, arguye. Para dar a conocer la masonería en Jaén “recuperar la historia perdida y conocer su pasado y su presente” ha creado un blog en internet (http://masoneriajaen.blogspot.com).


¿Asociación secreta?

José Manuel explica que la masonería “no es secreta, sino discreta”. “El problema es que durante años se le ha colgado un sambenito tras de otro. De hecho, aún hay muchas familias en Jaén que ocultan el pasado masón de abuelos y bisabuelos. José Manuel hace unos siete años que ingresó en la masonería y explica que no fue difícil. “Llegué a a través de la lectura, me interesó conocer más y me documenté (hoy en día La Gran Logia de España y muchas más tienen páginas web donde explican qué es la masonería, cuáles son sus principios y cómo acceder a ella).

Después solicité mi ingreso y fui aceptado. Nada más. No hay nada oculto, sólo discreción”.Según explica este masón jienense la financiación de las logias proviene exclusivamente de las aportaciones de sus ‘hermanos’. Así, tal y como si se tratase de un gimnasio o una academia, con una matrícula de unos 600 euros y mensualidades de 30 euros cualquier varón mayor de 18 años, pero con independencia económica puede ingresar en una logia, siempre y cuando previamente haya sido aceptado. La prohibición explícita de las mujeres, cuando se constituyó en 1717 de la Gran Logia de Londres, sigue manteníendose en la actualidad, junto con los ritos y símbolos con los que se trabaja en las reuniones que se celebran una vez al mes. Esa circunstancia provocó a finales del siglo XIX y principios del XX que muchas mujeres y muchos hombres pertenecientes a logias pretendieran cambiarla. De ahí nacieron otras logias, masónicas también, pero que no son consideradas ‘regulares’, que son únicamente las que cumplen las normas de la primera logia moderna creada en Londres. Y fue precisamente Jaén la capital que albergó esta primera logia femenina.

En la actualidad, también existen mixtas. Pero ¿qué es la masonería? Paradójicamente el Diccionario de la Academia Española de la Lengua define masonería (o francmasonería) como “asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas y signos especiales, y se agrupan en entidades llamadas logias”. Algo más concreto, excepto en lo que se refiere al secreto, es el Diccionario Enciclopédico de la Masonería donde la define como “una Asociación universal, filantrópica, filosófica y progresiva; que procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes y que tiene por divisa la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad”.

Lo que sí es cierto es que quizá no tenga demasiado sentido llevar con tanta discreción tan elevados ideales, sobre todo cuanto se conoce que ilustres personajes como Santiago Ramón y Cajal, Isaac Peral, Ortega y Gasset, Juan Gris, Jovellanos, Antonio Machado, Blas Infante o Blasco Ibáñez, entre otros, fueron masones. Es difícil no estar deacuerdo con la importancia del legado que, cada uno de ellos en su parcela, ha dejado a este país. El mismo legado que, en muchos casos persiguió la dictadura franquista, convirtiendo a los masones en auténticos delincuentes. Jaén es ejemplo claro de esa herencia.

Publicado en Viva Jaén el 15 de enero de 2009

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