El fin y los medios

No ha entendido nada el PSOE andaluz. Cuando parecía que los socialistas habían comprendido el mensaje que los electores andaluces le habían mandado, cuando en la mayoría de los mentideros respiraban hondo y hacían propósito de enmienda tras perder las elecciones, la miopía prepotente y mesiática se ha vuelto a instalar en la cúpula socialista. El PP andaluz no sólo consiguió los mejores resultados de su historia en Andalucía, sino que ganó las elecciones por primera vez. Sólo el pacto con IU mantuvo a José Antonio Griñán en la presidencia que nunca ha conseguido en las urnas. Pero el fútbol y la política son así. La reflexión socialista apenas duró lo que sus primarias, vacías nuevamente ideológicamente y cada vez más apartadas de las bases y del pueblo. Primero cayeron las grandes ciudades, ahora han caído las medias y no tardarán en perder los pequeños pueblos  de seguir estos pasos. Chacón y sus aires renovadores de burguesía acomodada y discursos huecos tuvieron que envaniar sus ganas ante el Rubalcaba de la tradición y el ‘status quo’, tan burgués y hueco como los otros, pero malo conocido y ya se sabe. 

Finalmente, los resultados demostraron que Andalucía es una región de izquierdas, porque de no haber sido así el PP no hubiera alcanzado la mayoría absoluta. Pero el mensaje no ha llegado a los socialistas, que continúan sin entonar el ‘mea culpa’ y siguen echando balones fuera con uno de los episodios de corrupción más visceral de la historia de este país: el de los Expedientes falsos de Regulación de Empleo. Y como aquel tonto del camino, el Gobierno andaluz, el PSOE y sus socios de IU, se enrocan en la desesperación de la gente y en su miseria y hacen el uso partidista de una administración más vergonzoso, descarado, soberbio y fundamentalista que recuerdo. Con la que está cayendo, el señor Griñán se permite el lujo de mantener sin delegados las ocho provincias andaluzas durante más de tres meses con un único interés, su congreso regional, que se celebra este fin de semana, y las sucias guerras de cochambre que llevan meses protagonizando, en una liga que lidera la Agrupación Local del PSOE de la capital. Nunca aquel dogma de Maquiavelo, germen de la política moderna, de que el fin justifica los medios fue llevado tan a rajatabla en Andalucía y para colmo, ha tenido que ser por el único presidente que ha tenido esta comunidad que, repito, nunca ha ganado unas elecciones.

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