Malditas noches


¿Cuándo estoy más cerca de la verdad? ¿Cuando a dentelladas y bocados me sacudo la triste pena que deambula por mis noches tristes o cuando a carcajadas y tibios placeres me revuelco en futuras y utópicas alegrías? ¿Cuándo estoy más cerca de la felicidad? ¿Cuando olvido sus caprichosos rizos con el rojizo cabello de la incertidumbre o cuando me sacudo los recuerdos con la frialdad de la esperanza. ¿Cuándo soy más yo? ¿Cuando lloro o cuando río?

Busco entre silencios y vacíos los tumultos acompasados del devenir que convierta mis noches tristes en días felices y mis felices días en triste pasado. Siento que a cada paso, que a cada golpe certero del tiempo, la razón derrota al corazón y me hace tan frío e inhóspito como las ausencias de aquella que fue y los silencios de quien ni siquiera será.

De madrugada enciendo la luz que dejé encendida y apago el sueño que mantengo dormido y aunque sé que mañana todo esto no será más que un infeliz reproche, no puedo dejar de escribir en esta vieja reliquia tecnológica lo que una no entenderá y lo que otra ni siquiera leerá.

Mientras tanto, cuando me pregunten ‘¿qué tal?’, contestaré: muy bien. Porque ni siquiera yo dudo que los desvelos de esta noche serán mañana pasado, silencio, rutina.

Malditas noches.

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