Funcionarios


Un funcionario ya no sólo es una persona que desempeña un empleo público. Hace tiempo, incluso, que dejaron de acceder a la ansiada y vilipendiada profesión mediante oposición. Ahora, además de funcionarios, se han convertido en la hucha del Gobierno; la manera más fácil e injusta de cuadrar las cuentas que descuadraron en su día los gobiernos, permitiendo que las administraciones públicas se convirtieran en auténticos lupanares donde todos los primos, hermanos, vecinos y amigos tenían cabida de una forma u otra. Y no hablo de hace viente años, ni diez. Desde que comenzó la crisis el único sector que creció en la provincia de Jaén fue el de los empleados públicos. ¿Y qué pasa ahora? Que cada mes hay que pagar y que no hay dinero para hacerlo. Y en lugar de tomar medidas más justas con todos los ciudadanos, como subir nuevamente el IRPF, con el que cada ciudadano aporta según sus ingresos o que los grandes usureros de este país paguen por sus fortunas, metenos la mano en la saca de la función pública. 
 
El problema es que desde aquellos funcionarios del ‘Vuelva usted mañana’ de Larra ya ha llovido mucho y salvo patéticas e incomprensibles actitudes de algunos empleados de la cosa pública, hoy son gente muy preparada en la mayoría de los casos con sueldos muy normales y que llevan perdiendo poder adquisitivo, más incluso que el resto de los ciudadanos, muchos años. Entre ellos se encuentran policías, guardias civiles, maestros, prefesores, médicos, enfermeros, que a las lamentables condiciones en las que cumplen cada día con su trabajo, ahora tienen que sumarle un nuevo recorte, porque sí. Porque lo digo yo, porque lo dice Europa, porque no hay dinero para todo. Si no hay dinero para todo, que no haya dinero para todo. Pero aquí sigue habiendo dinero para muchas cosas que no deberían costarnos lo que nos cuesta. Las administraciones siguen teniendo un entramado paralelo o transversal, que tanto les gusta decir a los polícos, que no es más que un nido para engordar egos y pagar favores. ¿Hasta cuándo tendremos que pagar Egmasas, consejos consultivos, consejos audiovisuales y fundaciones estériles? La reforma anunciada por Rajoy de los ayuntamientos es un brindis al sol, un gesto de cara a la galería. Los políticos que sobran se eliminan quitando los cargos.
 
Europa y España tiene un mal: nosotros, los ciudadanos. Simplemente.

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