Otra vez el casco antiguo

Mi buen amigo José prefiere llamarlo ‘Asco Viejo’  y no es capricho suyo. Basta dar una vuelta por sus calles para darse cuenta de que nunca estuvo en peores condiciones, más sucio, deprimido y decadente. Si las caras pudieran caerse de la vergüenza, hoy, en lugar de adoquines, tendríamos el asfalto lleno de las de decenas de políticos que durante los últimos veinte años han vociferado los proyectos del casco antiguo. Es más, hemos llegado a tal estado de abandono de los ejes principales, Martínez Molina y Almendros Aguilar, que salirse de ellos y callejear por algunas de sus perpendiculares, por sus subidas a la circunvalación, es un auténtico regalo para los sentidos.
Y lo peor de todo es que hemos perdido la mejor oportunidad. Un paseo por el centro histórico de Granada, de Málaga, de Cádiz, de Huelva, de Almería, pone de manifiesto una realidad: en los últimos diez años, sus ayuntamientos, con ayudas de otras administraciones, claro, y con fondos propios, en los tiempos en los que las carretillas de billetes circulaban con la misma densidad de tráfico por las concejalías de Urbanismo que por la M-30, incluida la del Ayuntamiento de Jaén, en aquellos años, todas esas ciudades hicieron sus deberes y ahora, sus vecinos disfrutan de su centro histórico. Sin embargo, aquí, en Jaén, el casco viejo sólo ha visto cómo le caían otros diez años encima y cómo se multiplicaban sus solares (¿costaría mucho tapiarlos y encalar sus paredes de blanco mientras se hace algo con ellos?) Y en esta situación llegamos a las puertas de 2012, sin un duro en las arcas de la administración y con la misma demagogia barata renovada en un nuevo intento de “trabajar por el casco antiguo”. Perdonen que esta vez no pueda ver nada positivo ni en las jornadas que los barrios de la zona (a excepción de Arco del Consuelo) han programado (de forma muy seria, todo hay que decirlo) ni en la Comisión Institucional por el Casco Antiguo, promovida por el Ayuntamiento, porque no hay un euro. Ni uno. Eso sí, podemos sentirnos orgullosos de que después de todos estos años, todo Jaén (y parte del extranjero) conoce la calle Elvín, aunque no se haya movido un ladrillo de los miles de proyectos que ha albergado.

1 comentario:

  1. ¿No te invitan a callar por decir estas cosas? No lo creo, no tienen valor, ya se sabe que nos pasa a los humanos con las verdades bien dichas.

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