La crisis cantada


Ahora que las cosas andan más revueltas, si cabe, en esto de la crisis, tal vez sea un buen momento para ponerle música a todo lo que está pasando, por aquello de que la música amansa a las fieras, que no sé muy bien si son los mercados, nuestros socios europeos, los ineptos dirigentes o nosotros mismos. Por eso, he elegido diez canciones que podrían ilustrar estos cuatro años de infortunio económico.

El punto de partida no podía ser otro que “Money” del musical Cabaret de Bob Fosse, que ilustra a la perfección los años de bonanza económica y el culto al dinero de gobiernos y ciudadanos. “El dinero hace que el mundo gire” decía su letra. Así entramos al siglo XXI, adorando al euro y al dólar sin pensar que el feliz verano llegaría a su fin para dar paso al crudo invierno. Y así fue, en el tercer trimestre de 2008 la economía española entró oficialmente en recesión y todos tuvimos que cantar aquello de “El final del verano” del Dúo Dinámico: “Sé que en mis brazos yo te tuve ayer y nunca, nunca yo olvidaré”. ¡Qué bonito, por Dios!, aquel Chanquete y aquel verano azul.

Y entonces el Gobierno comenzó a negar la mayor y llegaron aquellos primeros brotes verdes y los españolitos comenzamos a cantar por los pasillos de nuestros trabajos, ingenuos y crédulos, aquel poema de Lorca, “Verde que te quiero verde”, en sus distintas versiones, principalmente la de Manzanita, que llamaba más al optimismo. Sin embargo, en pocos meses los españolitos cambiaron los pasillos de sus trabajos por los del paro, mientras de fondo sonaba la banda sonora de “Los lunes al sol” y el homenaje a la clase obrera que compusiera John Lennon, “Working class hero” y que decía aquello de “un héroe de la clase obrera hay que ser”.

Mientras los países árabes se revolvían en sus plazas un viejito franco-alemán escribió “Indignáos” y miles de jóvenes (y no tan jóvenes) españoles se echaron a la calle para protestar. Era el momiviento 15-M y en muchas plazas de España volvió a sonar aquella magnífica “Con la frente marchita” de Joaquín Sabina. Sin duda algo estaba cambiando en todo el mundo y la calle gritaba el himno de Bob Dylan “The times they are a changing”: “Vamos, senadores y congresistas, escuchad la llamada, no os quedéis en la puerta, no bloqueéis el paso; porque el que salga herido será el que se ha quedado atrás. Fuera hay una batalla y es brutal. Pronto sacudirá vuestras ventanas y hará temblar vuestras paredes. Porque los tiempos están cambiando”.

El PP en la oposición tarareaba el “Loco por incordiar” de Rosendo, recogido ahora por la nueva oposición del PSOE y los jóvenes españoles no podía más que cantar un día tras otro, sin trabajo, sin casa, sin dinero, “Un buen día” de Los Planetas. Ahora, entre recorte y recorte, sólo nos queda levantarnos cada mañana y escuchar al maestro Serrat y aquello de “Hoy puede ser un gran día”. “Saca de paseo a tus instintos y ventílalos al sol y no dosifiques los placeres; si puedes, derróchalos”.



1 comentario:

  1. Lo de hoy puede ser un gran día seguirá en el recuerdo, no la veo en otro lugar.

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