Emigrantes andaluces, votos catalanes

"Esto es campaña electoral pura y dura", comentaba un vecino de Cabra mientras el conseller en cap y candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, se dirigía a un grupo de vecinos y de emigrados a Calatuña en la celebración del Día del Egabrense Ausente.
Cuando Mas comienza a hablar, María de la Sierra Pérez, que lleva 40 años viviendo en Santa Coloma de Gramanet junto a su esposo e hijos deja la servilleta y el tenedor y escucha atentamente las palabras del invitado de honor. "Es muy guapo", comenta. Como la mayoría de los emigrantes andaluces asegura que no habla catalán, aunque dice entenderlo una "mica".
Entre el zumbido cadencioso de los abanicos, los platos de espinacas con garbanzos y salmorejo y el humo de algún que otro "Coiba", Mas, que fue invitado ayer por el alcalde andalucista de Cabra, Ramón Narváez, para homenajear a los casi 12.000 emigrados egabrenses que cada año para las Fiestas de Nuestra Señora de la Sierra regresan a su tierra, advirtió al socialista Pasqual Maragall, de que "cualquier intento de dividir a los catalanes por su origen o por sus apellidos está condenado al fracaso". Y añadió: "Cataluña somos todos". Con estas palabras respondía a la acusación del presidente del Partido Socialista de Cataluña (PSC), que recriminaba a CiU de hacer distinciones entre los catalanes de origen y los de adopción.
Estaba claro: el acto de hermanamiento entre andaluces y catalanes tenían un cierto tamiz electoralista. A casi mil kilómetros de su tierra Mas dejó muy claro que era nacionalista catalán y que se sentía orgulloso de ello. Arropado por el alcalde de la localidad, Ramón Narváez; el consejero de Turismo y Deportes de la Junta, Antonio Ortega, y el portavoz de los andalucistas en el Parlamento Andaluz, José Calvo, el conseller en cap instó al PSC a defender un proyecto catalán que cuente con los 6’5 millones de catalanes, de los que se calcula que un millón son andaluces, "sin tener en cuenta su procedencia".
También se refirió al cambio que se ha producido en la sociedad andaluza, "que ya no necesita emigrar en busca de un trabajo" y subrayó, que esta circunstancia ha sido posible gracias a los andaluces, que en su día apoyaron el Estatuto de Autonomía y a la labor de políticos como los que le acompañaban en el acto. Sin embargo, en estos días, 15.000 españoles parten a Francia a vendimiar, de los que cerca de 10.000 son andaluces. Y en los andenes del tren ningún representante de la Junta ni de ninguna administración los despide.
Mas explicó a los asistentes al acto que la realidad catalana y su país se ha forjado gracias a su "historia milenaria", a la Revolución Industrial de finales del sigo XVIII y principios del XIX y a la aportación de la inmigración de hace 40 años, "que ha sido la tercera gran corriente de fondo en su estructuración y progreso".

Una Andalucía sin forasteros

Por su parte, el consejero de Turismo y Deportes de la Junta y secretario general del PA, Antonio Ortega, recordó las palabras de Blas Infante en las que decía que "en Andalucía no hay forasteros". Con esta cita, Ortega agradecía la visita del candidato de CiU a Cabra y a Andalucía y le devolvía la hospitalidad que "Cataluña ha prestado durante todos estos años a los andaluces".
Antonio Ortega no quiso ser menos nacionalista que Mas y aseguró que por su tierra no "parte peras por nadie", a la vez que defendía el contacto entre las comunidades sin la necesidad de "intermediarios que encarezcan las relaciones", en clara referencia al Gobierno central
El alcalde, el más vitoreado de todos, también tuvo su momento de exaltación y agradeció la acogida catalana a los emigrantes andaluces y su adaptación a la tierra que les dio trabajo en momentos difíciles de la historia de España.
Tras los breves discursos, los asistentes volvieron a desenvainar tenedores y servilletas y dieron buena cuenta de los platos típicos egabrenses. Políticos y emigrantes compartieron mesa y conversaciones, pero los verdaderos protagonistas eran aquellos que durante unos días habían vuelto a encontrarse, como cada año, con su "otra" tierra, con sus familiares.

Una fiesta con un fondo triste

El conseller en cap, Artur Mas estuvo acompañado en su visita a cabra por un egabrense que emigró a Cataluña cuando tenía 12 años junto a su familia. El presidente del Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña, Rafael Hinojosa, aseguró que tenía recuerdos desagradables de aquella época, aunque dijo sentirse estrechamente ligado a ella porque "es la tierra de mis antepasados y le deseo lo mejor".
Sobre la celebración del Día del Egabrense Ausente sostuvo que se trata de un acto digno pero con un fondo triste, "porque cuando se tiene que hacer una fiesta para recordar a los ausentes quiere decir que hay mucha gente desarraigada de su tierra por múltiples motivos".
Mantuvo que los andaluces han tenido una gran capacidad de integración y de colaboración para hacer grande a Cataluña, "que les ha devuelto esa aportación con posibilidades para progresar individual y colectivamente".
Sobre si se sentí más catalán o más andaluz, Hinojosa, manifestó que cuando desde el Gobierno central se presiona para dificultar el desarrollo de Cataluña, "te sientes mucho más catalán. Pero cuando estás más tranquilo –continuó- no olvidas donde naciste y cuáles son tus orígenes.
En cuanto al PA, afirmó que encarna "lo más íntimo de los andaluces, que es su libertad y su independencia". No obstante matizó que hay que dar tiempo a los andaluces para que se conciencien de que "son un país que requiere una atención específica" y que "no tienen que permitir que se le pongan cortapisas a su desarrollo, cosa que se ha hecho tradicionalmente".

Publicado en septiembre de 2003 en El Mundo de Andalucía.

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