Un puerto con barquitos

Bueno. Ya está. Ya tenemos puerto. Cuánto tenemos que agradecer a nuestra querida provincia vecina, hermana, solidaria. Qué sería de nosotros, pobres jienenses de alma y acto, sin la generosidad de los pueblos y gentes de Granada que, no teniendo bastante con cedernos su aeropuerto para pregonar a los cuatro vientos sin complejos que Jaén tiene aeropuerto, ahora, la muy noble y solidaria ciudad de Motril nos ha cedido su puerto (para regocijo de mi admirado José Liébanas), que ya sólo nos queda que a la estación de Atocha le pongan también el nombre de Jaén, porque aún teniendo estación de ferrocarril en Jaén, en fin...
Si mis abuelos levantasen la cabeza y viesen cómo ha cambiado esta ciudad, con su aeropuerto a 120 kilómetros y su puerto (con barquitos y todo) a 170 kilómetros me preguntarían: ¿Pero cómo ha sido posible esto? A lo que yo no tendría más remedio que contestarles que las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Aquel espíritu provinciano y carente de universalidad que llevó a nuestro Colegio Universitario a pedir una Universidad propia para Jaén, emancipándose de la docta mano granadina y que, con el paso de los años (y el dinero invertido, que estos sabios políticos de ahora lo hubieran gastado en algún magnífico plan), ha provocado que hoy en día la provincia tenga una Universidad que ha sido destacada a nivel internacional por su excelencia, con el ‘mosqueo’ y la mala ‘follá’ que dicha mención ha generado entre nuestros queridos vecinos, no es más que una minucia egocéntrica, les diría yo a mis abuenos. Ahora sí (abuelitos) que estamos en buenas manos. Políticos y empresarios sabios que no derrochan el dinero público y que maximizan los recursos existentes. Que hay un aeropuerto a 120 kilómetros, pues que sea de Jaén también; que hay un puerto de mar a 170 kilómetros, pues que sea jienense. Que tenemos más paro que nadie en España y el campo se muere poco a poco, pues no seamos obtusos y cojamos aviones y barcos, que hay mucho mundo donde trabajar y vivir decentemente.

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