El ramadán regresa a Jaén

Durante un mes, una parte de Jaén late con el mismo ritmo que el corazón de Argel, Rabat o el valle del Nilo. El Islam y sus seguidores celebran el mes del Ramadán y en Jaén capital son más de mil quienes cada noche, una vez que se ha roto el ayuno, entre el recuerdo del olor a jazmín y azahar, rezan mirando a la Meca. Es la quinta oración del día. Un canto que el pueblo de Mahoma, tras siglos de silencio en esta tierra de Al-andalus, vuelve a alzar nuevamente entre las angostas y estrechas calles de su legado, sobre todo en el que fuera su arrabal: el barrio de San Ildefonso.
Eran las 21’48 horas de ayer cuando comenzó el Isha para más de mil ciudadanos islámicos empadronados en Jaén, que desde el pasado 2 de septiembre ayunan hasta que cae el sol. Hasta mascar chicle les está prohibido. Mentir, criticar al prójimo y ponerse nervioso es violar el Ramadán, que vuelve a celebrarse en Jaén como pasara hace setecientos años. Con la ruptura del ayuno, Ayda Jalluli, propietaria junto a su esposo de uno de los locutorios situado en la Avenida de Granada, prepara la mesa después de pasar todo el día sin probar bocado y sin beber ni siquiera agua. Es el mes del Ramadán. También en Jaén.El islam, la religión monoteísta más joven, se basa en cinco pilares dictados por Alá a Mahoma: el primero que “no hay más Dios que Dios, y Mahoma es su profeta”; la limosma, las cinco oraciones diarias, la peregrinación a La Meca y el ayuno durante un mes lunar, que es el Ramadán, son los otros cuatro. Este mes, obligatorio para todo musulmán, conmemora la primera revelación de Alá a Mahoma, después trascrito al Corán.Pero este ayuno no sólo consiste en no comer, sino que va más allá. Ayda explica que, aunque no es demasiado religiosa, simpre practica el Ramadán. “Es una forma de limpiar el cuerpo y el alma”, añade. Durante este periodo está prohibido tener relaciones sexuales, ofender, insultar, fumar. Es un mes de ayuno físico y espiritual para los masulmanes. Dijo el profeta Mahoma a su pueblo que cuando alguien le ofendiese en este mes lunar, dijera: "Hoy no te puedo responder. Hoy ayuno".Ayda lleva un año y medio viviendo en Jaén, tiene 29 años y estudió Turismo en Granada. “En Jaén la gran mayoría practicamos el Ramadán, apenas un 3 por ciento no lo hace”, indica. Sin embargo, añade que esa cifra es muy alta para una tradición profundamente arraigada entre el pueblo islámico.El propietario de Casa Andalusí en el barrio de Belén, fue el primer ciudadano marroquí que fijó su residencia en Jaén en 1980. “Vine con otros cinco compañeros a estudiar Peritos y me quedé”. ‘Andalusí’, como lo conocen en el barrio, recuerda lo duro que era practicar en aquellos tiempos el Ramadán. “No existía internet, ni las parabólicas como ahora. Yo ponía mi radio en onda corta y pegaba la oreja para saber a qué hora se rompía el ayuno; ahora imprimes un cuadro en internet que recoje al minuto el horario lunar para cada día”. Lo más duro para este jienense de adopción es trabajar con comida y no beber líquidos en esta época del año.Sin embargo, para el presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes de Marruecos (Atime), Abdeslam Shar-Hami, el Ramadán no supone ningún problema para los empleados. “Es cuestión de fe” arguye, si bien, cree que el horario continuo de verano ayuda en muchas ocasiones. En contra de lo que se pueda creer, el Ramadán es bastante permisivo. No están obligados a practicarlo ni los ancianos ni los niños; tampoco los enfermos y todas aquellas personas que realicen un viaje, así como quienes practican trabajos de gran esfuerzo físico. “Si algún día rompo el ayuno antes de la hora establecida, no hay ningún problema; se puede ‘devolver’ ese día en cualquier otra jornada del año”, explica Ayda. De todas las fiestas, dos fueron expresamente indicadas por el profeta Mahoma para ser celebradas,: la más importante, Id al-Fitr o “fiesta del final del Ramadán” y, en el último mes, la Id al-Adha o “fiesta del sacrificio”. Y de nuevo esta noche, cuando la penumbra se apodere de cada rincón de la ciudad, llegará de nuevo la ruptura del ayuno. Y tres días antes del fin del Ramadán, la noche del destino recordará la subida de Mahoma al cielo desde Jerusalén. Es la ocasión para circuncidar a los niños. Llegará el ‘adi el ftar’. Y entonces, como en la fiesta de los Reyes Magos, en la tradición Cristiana, los pequeños recibirán dinero, juguetes y ropas nuevas.
Publicado en VIVA JAÉN el 15 de septiembre de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario