La importancia de sentirse ‘pueblo’

Me ha pasado como cuando cayó el muro de Berlin (aunque por supuesto en esto tampoco soy muy original y supongo que habrá millones de personas que piensen lo mismo). Había perdido yo la fe en aquellas consigna comunista que decía que “el pueblo unido jamás será vencido”. Me trae recuerdos de otros tiempos, de aquellos veranos en Madrid y mi tío Paco hablando de las fiestas del PCE. De las clases de Pura Peinado y Miguel Conejero y de cómo idolatrábamos el comunismo, de aquel viaje a Moscú y de los encierros en la facultad protestando por la tercera vía.
Los acontecimientos de Túnez, con el pueblo echado a la calle para poner fin a la dictadura, y como efecto dominó el clamor del pueblo egipcio contra una terrible dictadura que supera ya el medio siglo me han devuelto la esperanza (y a hora los jordanos) y ha hecho que vuelva a creer en aquello de que el pueblo es soberano. Al menos, ahora tengo la certeza de que no se pueden ‘tocar las pelotas’ con tanta mala leche y durante tanto tiempo. Es como el niño del colegio al que el chulito de la clase le da un cogotazo todos los días y le quita el bocadillo de chorizo (¡qué rico!). Pues llega un momento en el que se arma de valor y con un buen palo (mejor que sea de olivo y hacemos patria) le endiña en todas las costillas. Y se acabaron las tonterías, que no quiere decir esto que justifique yo la violencia, pero que muchas veces una buena hostia... Lo único que sí hay que saber en estos casos (por eso lo de la importancia del pueblo) es que cuando se levante el chulito del suelo le va a dar la del pulpo al del palo de olivo, a no ser que se haya rodeado de un nutrido y descontento ‘pueblo’. Por eso es esperanzador que todos los niños que están hartos en el mundo de que le roben el bocadillo todos los días, se levanten y digan que se acabó. Que lo hagan los marroquíes, los iraníes, los cubanos; y después, cuando todos ellos sean libres y puedan elegir a sus gobernantes, que nos enseñen a nosotros, los demócratas, cómo se pone fin al abuso y la opresión.

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