Las cosas que nos crispan

En la extensa lista de situaciones y sucesos cotidianos que más crispan a la mayoría de los mortales (que aunque no he hecho ninguna encuesta me permito aplicar el método deductivo desde mi propia experiencia como hacen algunos periodistas y no precisamente en artículos de opinión) destaca, pobres fumadores, la quemadura en el dedo corazón cuando, tras colocar el cigarrillo entre los labios trascurren algunos segundos hasta que acudimos a encenderlo porque alguna trivial tarea nos ha entretenido, y tras la primera calada, comprobamos dolorosamente que el cigarro ha quedado adherido al labio inferior, con lo que nuestros dedos índice y corazón no logran capturarlo y viajan desde la boquilla hasta el clavo incandescente con resultado de quemadura en el dedo y labio despellejado. ¡Qué coraje! No menos irritante es la de salir de la ducha y comprobar cómo la anterior bañista (generalmente mujer) se ha llevado las dos toallas, una cubriendo su cuerpo y otra su cabello; o ver cómo la yema del huevo (para la que tenías preparada una barra de pan) se rompe al caer al aceite caliente de la sartén. Esas son algunas de las cosas que suceden a diario y que se repetirán miles de veces a lo largo de nuestra vida, que dan mucho coraje y que son difíciles de evitar, por no decir imposibles. Pero luego están otras pequeñas cosas, también diarias, que leemos todas las mañanas en los periódicos, que escuchamos en las radios y vemos en los televisores que crispan más, si cabe. Qué coraje da ver cómo barrios de la ciudad como el Bulevar o El Tomillo dejan de existir en sus reivindicaciones vecinales porque sus presidentas dan el salto a la vida laboral municipal. O que políticos que viven cómodamente de las administraciones nos digan que es de día en plena noche y se queden tan panchos. O que se sigan usando fondos públicos con fines particulares. ¡Qué coraje! Pero estas cosas sí se pueden evitar o al menos denunciar. O llamarlas por su nombre: indignidades, robos, abusos. ¿Se les ocurren algunos calificativos más?

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