Menos mal que me he enterado, que parece mentira que a mi
edad todavía tuviera dudas sobre lo que es la transparencia. Ahora sí me
está quedando claro, porque, sinceramente, y no es que me sienta
precisamente orgulloso, pero se ve que no tenía yo una opinión bien
formada acerca de la transparencia; hombre, y eso en la profesión a la
que uno se dedica, pues no está bien.
Mísero de mí,
incluso infelice. Presentar un informe del tranvía que han pagado todos
los jienenses con dinero público, alrededor de 180.000 euros, informando
sobre los datos que el equipo de Gobierno municipal considera más
significativos (que no seré yo quien dude de su elevado criterio), pero
sin dar el informe ni a los medios de comunicación ni a la otra
administración implicada, Junta de Andalucía, es transparencia. Sobre
todo, por la gracia y obra de los munícipes, se tiene la sensibilidad de
presentarlo en la Asociación de la Prensa de Jaén, ante toda la alta
plana ‘canalla’ (yo no estuve, que estaba malito, por eso lo de alta
plana) de la ciudad,
aireando al viento con espasmódicos movimientos las funestas hojas que
parecen que entierran a mi querido tranvía, pero ojo, sin ofrecer copia a
los medios de comunicación, vaya a ser, que como tienen la mala
costumbre de pensar cosas diferentes en algunos casos al sanedrín local,
y como además suelen ser todos de letras, confundan algún dato y donde
pone que cuesta cinco millones salga menos.
Y ahí es donde yo estaba equivocado a estas alturas, porque de haber facilitado el informe que hicieron los catalanes con el dinero de los jienenses, sería menos transparente. También erraba yo creyendo que transparencia era reunirse con los colectivos vecinales para elaborar un presupuesto, o en caso de lo contrario, darle el borrador dos o tres semanas antes para que lo trabajaran e hicieran sus enmiendas, pero tampoco, que con seis días parece bastar. Los mismos días que tendrá el CES local para elaborar su informe, que, por cierto, tal vez no lo haga si no les dan los presupuestos con suficiente tiempo. Y es que estos del CES local, donde están representadas todas las fuerzas de la ciudad, unas más vivas que otras, tampoco se han enterado bien de lo que es la transparencia, que les pasa como a mí. Y además se enfadan porque dicen que el alcalde o algunos de sus concejales van diciendo por los fantasmagóricos pasillos del Ayuntamiento que para tres o cuatro informes que hacen al año, se quitan del medio al CES local y contratan a una empresa privada cuando necesiten algún informe, que seguro que los hace mucho más transparentes. Qué equivocado estaba, Dios mío, yo con lo que era la transparencia.
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